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Insights article evolution of food risk

La evolución del riesgo en el sector alimentario

Atrapados en medio: presiones por parte del suministro y la demanda. En el sector de la alimentación, los profesionales de la gestión del riesgo se encuentran en una situación que podríamos definir como la tormenta perfecta.

Tras haber sobrevivido a los impactos inmediatos de la pandemia, las organizaciones se han enfrentado a una importante perturbación geopolítica, a una crisis energética y ahora están haciendo frente a una economía caracterizada por una inflación desorbitada y un mercado laboral extremadamente complicado. Y los desafíos de suministro no terminan ahí. El impacto del cambio climático, en particular la sequía, las inundaciones y el riesgo de incendios, ha aumentado tan rápidamente y en tal medida que se han convertido en un riesgo muy real para la producción de alimentos y la calidad de los ingredientes de base utilizados en la fabricación de alimentos.

Uno solo de estos factores, en tiempos normales, supondría un desafío significativo para el suministro y la disponibilidad. En conjunto, representan una amenaza existencial para muchos negocios y están poniendo a prueba la habilidad del sector para poner alimentos asequibles y de calidad en las mesas de las personas.

Por si todo esto no fuera suficiente, también debemos recordar que estas presiones en el lado del suministro son solo una cara de la moneda. A pesar de todos los retos demostrables a los que se enfrenta la producción, las expectativas de los consumidores son, posiblemente, más altas que nunca. La concienciación y la curiosidad por saber de dónde viene nuestra comida, cómo se produce, quién la produce y los recursos utilizados en el proceso han creado un feroz apetito por la transparencia. Precisamente en el momento en el que la industria alimentaria está teniendo que reinventar su enfoque de abastecimiento y fabricación, también se enfrenta a un escrutinio sin precedentes; no solo por parte de los consumidores, sino también de las ONG, inversores, gobiernos y organismos reguladores por igual. 

Nada de esto es una fase. No se equivoque, el paradigma de la gestión del riesgo ha cambiado, y drásticamente. Así lo ha puesto de relieve el carácter cambiante del trabajo con nuestros clientes en los últimos 12-18 meses. Cada vez más, nos piden que pulsemos «restablecer», que miremos más allá de la calidad y la seguridad alimentaria, y que adoptemos una visión estratégica de lo que realmente importa para la integridad de una marca. Estos son cinco de los temas más comunes que hemos visto emerger.

1. No asuma que lo que ha funcionado antes funcionará hoy.

Una de las razones por las que nuestros alimentos son tan seguros es que las habilidades, los procesos, los sistemas y las competencias necesarios se han integrado muy profundamente en la industria. Esto tiene importantes ventajas; pero en un contexto operativo tan cambiante y desafiante, es hora de hacer la pregunta: ¿Siguen siendo adecuados los sistemas tradicionales para controlar y gestionar los riesgos? 

Al hacer esta pregunta, los productores a menudo se encuentran lidiando con algunas grandes elecciones estratégicas. ¿Cuántas líneas puedo tener en marcha con las personas disponibles? ¿Pueden hacer frente a la situación los procesos de incorporación de proveedores cuando el tiempo y la agilidad son esenciales? Las empresas tienen que hacer cambios a gran escala si quieren seguir poniendo alimentos en la mesa de sus clientes. Es inevitable que los procesos de gestión del riesgo también cambien si se quiere que sigan siendo eficaces.

2. El riesgo reside en la brecha entre lo que se dice y lo que se hace

Puede que haya poca o ninguna ventaja competitiva en la seguridad alimentaria; pero en otros aspectos del espectro de la gestión del riesgo, los equipos de marketing de marca intentarán maximizar los beneficios.  Esto sucede sobre todo con los compromisos con la sostenibilidad y el medioambiente.

A medida que se hace mayor énfasis en las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (criterios ESG), las organizaciones están teniendo que equilibrar las demandas de los empleados que piden que se haga lo correcto; un deseo inevitable de obtener rédito por hacerlo, y la necesidad más mundana, pero crítica, de garantizar que las medidas sean eficaces y se puedan demostrar de forma creíble. Estos problemas se aprecian en mayor medida en las afirmaciones publicitarias y en el envase, y estamos viendo que se hace un mayor énfasis en el aseguramiento y la verificación como herramientas esenciales para evitar acusaciones de greenwashing.

3. Profundice y amplíe

Una de las formas más eficaces de gestionar el cambio de la seguridad de los productos a la integridad de la marca es que las empresas busquen más allá de la base de proveedores inmediatos y comprendan los productos en origen: el origen de sus materiales, las piezas de los componentes, las fuentes a las que recurren sus fabricantes.  

En un entorno operativo más ágil, este conocimiento puede fortalecer la integridad de los elementos tradicionales de seguridad alimentaria (factores de riesgo biológicos, físicos, químicos y alergénicos); pero también se debe tener en cuenta los riesgos integrales de ESG y de reputación, desde los derechos humanos y el bienestar social, hasta las prácticas medioambientales en torno al agua, el uso de plásticos y, por supuesto, las emisiones de carbono.

4. El cambio es inevitable, pero es un punto de vulnerabilidad

Las demandas del contexto operativo actual cambian, a menudo muy rápidamente, lo que requiere que las organizaciones analicen realmente la eficacia con la que se gestiona el cambio.  ¿Existen los mecanismos adecuados a través de los cuales se planifican, implementan y comprueban los cambios, y se aprovechan las oportunidades de mejora? El proceso de gestión del cambio nunca ha sido tan importante en el negocio de la gestión del riesgo: los días de «establecerse y olvidarse» forman parte del pasado. Vuelva atrás, valide, revise la evidencia y pregunte si los controles siguen siendo realmente eficaces.

5. Una los puntos

Seguridad alimentaria y calidad; bienestar de los empleados; sostenibilidad y medioambiente: en muchas empresas alimentarias, cada uno de estos factores de riesgo será tratado por equipos de expertos específicos. Algunas organizaciones se han reestructurado, pero tanto si se trata de un equipo como de varios equipos especializados, como es más común, lograr la integridad de la marca significa conectar la evaluación de esos factores de riesgo para que las relaciones entre ellos se entiendan claramente.  Supongamos que se aplica la tercera ley de Newton: para cada acción, hay una acción igual y contraria. Tomar medidas para eliminar el plástico en los envases de alimentos es importante, por ejemplo; pero esas decisiones deben conectarse con el impacto en la seguridad, la calidad del producto y la vida útil.

La oportunidad de formar parte de estas conversaciones, escuchar, aprender y comparar las experiencias de los clientes proporciona a LRQA una perspectiva de una amplitud única sobre la naturaleza cambiante del riesgo en el sector alimentario. Al lograr la excelencia en la seguridad alimentaria, nuestro sector ha descubierto que, gracias a la cooperación y las buenas prácticas compartidas, todo el mundo gana; especialmente el consumidor. A medida que la industria alimentaria se enfrenta a un panorama de riesgos más global, espero que continúe el espíritu de responsabilidad compartida.                       

Para más información sobre los servicios del sector alimentario de LRQA, visite: https://www.lrqa.com/en/food-beverage-hospitality/                           

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