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Podcast de LRQA: ISO 45001 antes y ahora

The Future in Focus

ISO 45001 antes y ahora

15 DE MAYO DEL 2022 09:00 ◦ 21 MINUTOS

Hay varias áreas en las que el panorama de la salud y la seguridad laboral (OH&S) han cambiado significativamente en los cuatro años que transcurrieron desde la publicación de la norma ISO 45001, la norma mundial para los sistemas de manejo de la salud y la seguridad laboral. Algunas de estas áreas se han resuelto o se están resolviendo por medio de normas de orientación, mientras que otras requerirán una mayor consideración cuando se revise finalmente la norma ISO 45001. En este episodio, hablamos con Martin Cottam, Presidente del Comité Técnico de ISO para el manejo de la salud y seguridad laboral, con el fin de hablar sobre cinco desafíos clave en materia de salud y seguridad, y cómo las perspectivas al respecto han evolucionado desde que la ISO 45001 se publicó en el 2018.

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En esta conversación hablaremos sobre cinco desafíos clave en cuestiones de salud y seguridad, y de cómo han evolucionado las perspectivas al respecto en el periodo que ha transcurrido desde la publicación de la norma ISO 45001 en el 2018. ¿Cuáles son las áreas que eligió para el debate?

La identificación de solo cinco temas para debatir hoy fue todo un desafío, ya que hay muchas áreas en el manejo de la salud y la seguridad laboral que representan un reto para las organizaciones, y en las que la norma ISO 45001 y las normas de orientación de la serie ISO 45000 tratan de proporcionar ayuda. Me refiero a que el liderazgo, por ejemplo, es un tema que surge muy a menudo en los debates, al igual que la participación y las consultas a los trabajadores. Y creo que hay una buena conversación con respecto a la contribución de los directores no ejecutivos al momento de establecer expectativas y desafiar el rendimiento en cuestiones de salud y seguridad laboral, como parte de la alta dirección que dirige una organización. Pero al final, elegí otros temas para tratar hoy, en los que creo que hemos visto verdaderos progresos en los últimos años y quizá haya más por hacer, y en los que las normas podrían contribuir al debate.

Así que el primer tema trata sobre el cambio de la seguridad hacia la salud y la seguridad. ¿Puede explicarnos qué quiere decir con eso?

Recuerdo muy bien que cuando empezó a desarrollarse la norma ISO 45001 se discutió mucho sobre la necesidad de incluir un mayor énfasis en la salud. Se observó que en muchas organizaciones el sistema de manejo de la salud y la seguridad era, en gran medida, un sistema de administración de la seguridad laboral, y que se prestaba muy poca atención a la salud. Así que había un verdadero deseo de que, al cambiar de OHSAS 18001 a ISO 45001, cambiáramos a una norma que animara a las organizaciones a dar la misma importancia a la salud y la seguridad.

En realidad, ambas normas son bastante coherentes al mencionar la salud y la seguridad por igual, así que cuando veo el texto impreso, no estoy seguro de que la norma ISO 45001 haya logrado dar mayor énfasis a la salud.

Sin embargo, tal vez se debió al hecho de que esta aspiración fuera tan ampliamente discutida y difundida, o tal vez porque el desequilibrio era cada vez más ampliamente reconocido en las organizaciones. Pero, sea cual sea la razón, parece que en los últimos años ha habido una tendencia para lograr una mayor cobertura de las cuestiones de salud en los sistemas de manejo de la salud y la seguridad laboral.

Por supuesto, el hecho de que tengamos esas dos palabras diferentes, salud y seguridad, es un recordatorio útil de que ambas cosas son distintas y tienen características muy diferentes. Por lo general, los incidentes de seguridad son inmediatos y muy visibles, mientras que los efectos sobre la salud pueden desarrollarse lentamente, a lo largo de mucho tiempo, o a veces después de un periodo de exposición.

Pero, por supuesto, los efectos pueden ser igualmente devastadores para los individuos y sus familias y, de hecho, los costos para la organización pueden ser similares. Así que es fácil entender por qué tal vez nos centramos de forma natural en la seguridad, pero si lo analizamos de forma más racional, la salud es igual de importante. Así que creo que es bueno dar más reconocimiento a las organizaciones que tratan de resolver a fondo el aspecto médico de la salud y la seguridad laboral, incluyendo algunos trabajos proactivos excelentes que vemos estos días para promover estilos de vida más saludables.

Por supuesto, es importante, que estos esfuerzos proactivos se construyan sobre una base sólida, y dicha base sólida consiste en identificar primero los peligros para la salud, evaluar los riesgos asociados y después aplicar los controles adecuados.

El segundo tema a tratar es la salud, la seguridad y el bienestar psicológico. ¿Es parte de la misma tendencia?

Sí, creo que lo es, y creo que la atención a la salud psicológica es un desarrollo más reciente, tal vez como una extensión de dicha tendencia a largo plazo para enfocarse más en la salud, pero definitivamente sugeriría que se aceleró por la pandemia del Covid-19.

Y esto es un avance excelente porque la salud psicológica ha sido un área que se ha descuidado por mucho tiempo y, por supuesto, también es necesaria porque los riesgos psicosociales se han vuelto más significativos para muchos trabajadores tal vez debido a un par de razones. En primer lugar, simplemente porque hemos mejorado con respecto al manejo de los riesgos asociados con los peligros físicos, y ahora están bien controlados en muchos sitios de trabajo. Pero también contamos con un sector de servicios que está en crecimiento en muchas de las economías desarrolladas, y en el sector de los servicios, los riesgos psicosociales suelen ser los más importantes.

Por lo tanto, es bueno ver que la salud, la seguridad y el bienestar psicológicos reciben la atención que merecen, y se espera que la norma ISO 45003 haya contribuido, tanto a aumentar la concientización como a ayudar para que la gente sepa cómo resolver los problemas.

Y creo que aquí el reto realmente consiste en encontrar el equilibrio adecuado entre lo que podría considerarse como ajustes sencillos y visibles, y el trabajo de eliminar el origen de los peligros, lo cual a menudo es más difícil. Ahora, esto ocurre con el mismo problema al que nos enfrentamos con la seguridad física, donde la llamada jerarquía de control nos anima primero a eliminar los peligros, en segundo lugar a sustituir o cambiar algo para reducir el riesgo, y en tercer lugar a aplicar controles de ingeniería y administrativos, y sólo al último a utilizar equipos de protección o EPP. Debemos reconocer que, a medida que descendemos en la jerarquía, las medidas que utilizamos son menos eficaces y tienen más probabilidades de fracasar.

Y lo mismo ocurre con los daños psicológicos, siempre debemos explorar las posibilidades para eliminar el peligro o reducir el riesgo. Dicho de otro modo, se trata de adaptar el trabajo al trabajador cambiando los métodos de trabajo, y no de que el trabajador se adapte para soportar el trabajo sin cambios. Por ejemplo, no basta con reconocer que hay fuentes posibles de estrés y decir simplemente que hay que entrenar a las personas para que lo resistan y puedan afrontarlo. Por supuesto, esta formación es importante, pero debe usarse de manera paralela y no para reducir el origen del riesgo.

Y lo mismo ocurre con las intervenciones de bienestar y el apoyo que pueden prestar los auxiliares de salud mental, quienes pueden ser muy útiles, pero no sustituyen las acciones para eliminar los peligros, reducir el riesgo y evitar que ocurran daños.

Así que esta ha sido un área de progreso rápido, pero creo que debemos ver algunos de esos esfuerzos y madurar un poco más. Es fabuloso que las organizaciones empiecen a pensar en la salud y la seguridad psicológica y el bienestar, pero necesitamos que el enfoque principal sea la eliminación de los peligros y la reducción de los riesgos, en vez de hacer que los trabajadores sean resilientes, o apoyar y rehabilitar a las personas que ya sufrieron daños debido a su situación laboral.

Llamó al tercer reto los límites del lugar de trabajo. ¿Puede explicar qué quiere decir con eso?

Recuerdo que cuando se redactó la norma ISO 45001 hubo un gran debate sobre cómo definir un lugar de trabajo y se plantearon preguntas y debates sobre sí, para las personas que viajaban por negocios, el aeropuerto, el hotel o el avión debían tratarse como parte de su lugar de trabajo. Y también se habló de las personas que trabajan en espacios públicos, como los trabajadores de los servicios públicos o de emergencia. Por lo que recuerdo, en aquella época no se hablaba mucho sobre trabajar desde casa.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, especialmente la prevalencia del trabajo desde casa y también gracias al enfoque general más flexible del lugar de trabajo que muchas organizaciones han adoptado. Me parece que la norma ISO 45001 acertó más o menos con su definición de lugar de trabajo como un lugar al que un trabajador necesita ir o estar por motivos de trabajo, a la vez que reconoce que el grado de control que la organización tiene sobre ese lugar de trabajo puede variar.

Creo que hay una aceptación general de que esta definición global del lugar de trabajo es correcta, el reto clave para las organizaciones es tomar medidas que sean apropiadas para ese grado de control que tienen sobre el lugar de trabajo y, en particular, si no son sus propias instalaciones.

Vimos algunas organizaciones que implementaron el trabajo desde casa durante los primeros meses de la pandemia del Covid-19 en la que se requería que los trabajadores llevaran a cabo evaluaciones de riesgo de su propia configuración de trabajo en casa. Y después proporcionar equipos, como sillas con altura ajustable o monitores adicionales cuando fueran necesarios, y todo ello se basó en gran medida en la consulta con los trabajadores y en la colaboración para llegar a un punto en el que los trabajadores y los empresarios estuvieran satisfechos de que se hubieran solucionado los riesgos importantes.

Pero no creo que podamos dar por hecho que esa era la norma, sospecho que aún hay algunas organizaciones que no han resuelto adecuadamente los acuerdos de trabajo en casa de sus trabajadores.

También deberíamos recordar que no son solo cuestiones físicas las que surgen debido a una mayor flexibilidad del trabajo. También puede haber efectos psicosociales y deben tenerse en cuenta. Puede tratarse de personas que se aíslan o de personas para quienes trabajar en casa empieza a ser como vivir en el trabajo.

Pero, sin duda alguna, viendo hacia el futuro, a medida que los acuerdos de trabajo en muchas organizaciones se vuelven más flexibles, y con el aumento de la cantidad de trabajo que se lleva a cabo en entornos o locales que no están bajo el control de la organización, es cada vez más importante que las organizaciones se aseguren de que su sistema de manejo de la salud y la seguridad laboral refleje este cambio.

Usted hizo que la responsabilidad de la cadena de suministro fuera su próxima área de desafío. ¿Puede decirnos algo más al respecto?
Desde el punto de vista de un escritor de normas, se trata de un área muy complicada, ya que se pretende que las normas sean aplicables a organizaciones de cualquier tamaño, lo cual dificulta que se muestren las enormes diferencias entre la situación de las organizaciones grandes, que se encuentran en la cima de las cadenas de suministro mundiales, y las organizaciones más pequeñas, que se encuentran mucho más abajo en dichas cadenas.

Estoy seguro de que muchos oyentes recordarán el derrumbe del edificio Rana Plaza en Dhaka, en Bangladesh, que tenía cinco fábricas de ropa, y en el que más de 1,100 personas perdieron la vida y cerca de 2,500 resultaron heridas. Y realmente fue un acontecimiento del que se habló en todo el mundo y que planteó muchas preguntas con respecto a las responsabilidades en materia de salud y seguridad laboral de las grandes marcas de ropa multinacionales que contrataron la fabricación de sus prendas a las fábricas que se encontraban en el edificio Rana Plaza. Y había mucha preocupación por el hecho de que estas empresas, en el peor de los casos, tal vez ignoraban la salud y la seguridad de las personas que confeccionaban sus prendas, y se preocupaban únicamente por conseguir que las prendas fueran baratas. O si no era este el caso, por lo menos era cierto que las empresas no usaban su influencia para mejorar las normas de salud y seguridad laboral en sus cadenas de suministro.

Creo que mucha gente consideraría razonable esperar que las grandes corporaciones y marcas que están en la cima de las cadenas de suministro globales se interesen y, de hecho, ejerzan alguna influencia positiva sobre las normas de salud y seguridad que se aplican en sus cadenas de suministro. Pero también debemos dar reconocimiento a las organizaciones más pequeñas que se encuentran mucho más abajo en esas cadenas de suministro, y especialmente las organizaciones pequeñas y micro organizaciones que cuentan solo con algunos empleados. Posiblemente tienen muy poca influencia, si es que la tienen, en comparación con aquellos a quienes compran productos y servicios, dado que dichos proveedores pueden ser, de todos modos, organizaciones más grandes y poderosas.

Así que, desde el punto de vista de la normalización, esto es un reto. No podemos establecer en una norma un requisito que sea imposible de cumplir para un subconjunto de usuarios. Pero, igualmente, resulta insatisfactorio concluir que la norma no puede incluir ningún requisito para que dichas empresas y marcas globales consideren y traten de influir en el rendimiento de sus proveedores en materia de salud y seguridad laboral. Así que creo que este será un debate interesante cuando finalmente lleguemos a la revisión de la norma ISO 45001, porque realmente queremos animar a las organizaciones que realmente pueden hacer algo a que lo hagan, a que ejerzan una influencia positiva en materia de salud y seguridad laboral en sus cadenas de suministro. Porque eso podría ayudar a mejorar las normas de salud y seguridad laboral en todo el mundo y, especialmente, en las organizaciones más pequeñas, pero, por otro lado, no podemos establecer un requisito que no todas las empresas puedan cumplir.

El último tema de la lista es la creación de una imagen precisa del rendimiento. Díganos ¿por qué considera que se trata de un área difícil?

Últimamente he pensado mucho en este tema, ya que el Comité Técnico de la ISO para la salud y seguridad laboral cuenta con un grupo de trabajo que está en las primeras fases de desarrollo de una norma orientativa sobre la administración del rendimiento en salud y seguridad laboral, la ISO 45004, cuya publicación está prevista para el 2024. De hecho, he participado en algunos de los debates del grupo de trabajo para aportar algo de mi propia experiencia en la evaluación del rendimiento, y eso me ha hecho ver el reto que ha supuesto y sigue suponiendo para muchas organizaciones.

Creo que también es un área que probablemente será objeto de mayor escrutinio en el futuro, incluso con respecto a lo que las organizaciones informan externamente sobre su desempeño en materia de salud y seguridad laboral, y esto se debe al aumento del perfil de las consideraciones ESG en los negocios, el medio ambiente, el aspecto social y la gobernanza, y el aumento del interés en la resiliencia y la sustentabilidad, de los cuales, la salud y la seguridad laboral son componentes importantes.

Así que, en términos de sistemas de administración, cuando pensamos en el ciclo planificar-hacer-comprobar-actuar (PDCA), es sencillo asociar la evaluación del rendimiento con el paso de comprobación, pero también vale la pena pensar en otros dos pasos del PDCA para entender lo importante que es realmente el uso adecuado de las métricas. En primer lugar, es fácil decirlo, pero reconozcamos que la etapa de actuación del ciclo PDCA depende totalmente de la información, sobre la imagen del rendimiento que reunimos mediante la medición. Así que si medimos los aspectos equivocados, o si carecemos de mediciones en áreas clave, crearemos puntos ciegos que nos hacen vulnerables a la hora de tomar decisiones.

Y en segundo lugar, creo que vale la pena recordar que debemos tomar en cuenta la medición del rendimiento, no en la fase de comprobación del ciclo PDCA, sino en la fase de planificación. Así que, siempre que pensemos en un cambio significativo o en una nueva iniciativa, debemos pensar en ese momento en lo que tendremos que medir y cómo lo mediremos como parte del desarrollo de nuestro plan.

Supongo que el reto principal para cualquier organización es conseguir la combinación adecuada de indicadores principales y secundarios, a la vez que se asegura de tener un número manejable de indicadores de rendimiento de alto nivel que proporcionen una supervisión de los aspectos clave del rendimiento y, después, tener algunas métricas de nivel inferior a mediante las cuales se pueda profundizar en los detalles y supervisar los aspectos específicos. Dado que debemos combinar la capacidad de ver con claridad el panorama general del rendimiento y no abrumarnos con los datos, a la vez podemos supervisar los numerosos componentes individuales del sistema.

Creo que todos reconoceríamos la importancia de utilizar indicadores adelantados y no confiar únicamente en la retrospectiva que proporcionan los indicadores atrasados. Pero creo que tampoco debemos dar por hecho nuestros indicadores atrasados, porque también debemos elegirlos con cuidado y tratarlos con cierta atención. Por ejemplo, es importante que nuestra evaluación de resultados no solo abarque los sucesos normales, y ojalá relativamente menores, que ocurren a diario, sino que también cubra cualquier suceso posible de baja frecuencia y alta secuencia, y que analice los controles que tenemos establecidos contra dichos incidentes más graves.

Y eso es muy importante, porque cada vez hay más pruebas de que la medición y las tendencias de cosas como resbalones, tropiezos y caídas, no nos dicen nada sobre la eficacia de nuestros controles contra los incidentes graves, y eso se debe a que a menudo nos basamos en controles muy diferentes contra los incidentes leves y graves. A menudo utilizamos controles de comportamiento para disminuir el efecto de cosas como resbalones, tropiezos y caídas, pero utilizamos controles de ingeniería para prevenir accidentes más graves, y esto significa que no podemos utilizar las tendencias y los resbalones, tropiezos y caídas para saber la eficacia de los controles de ingeniería que se están aplicando para protegernos de un incidente grave, y necesitamos tomar medidas por separado para ello.

Supongo que esto queda bien ilustrado con el desastre de Macondo en el golfo de México, y muchos oyentes probablemente recordarán que la plataforma de perforación en aguas profundas Horizon había sido elogiada por su desempeño con respecto a dichos incidentes rutinarios relativamente menores. En el periodo inmediatamente anterior al estruendo y la explosión del 2010 que destruyó la plataforma, y causó la pérdida de once vidas y un importante daño medioambiental. Y ciertamente se sugirió que los buenos resultados con respecto a los incidentes menores proporcionaron una falsa seguridad de que los riesgos de un incidente mayor se controlarían adecuadamente, cuando en realidad no fue así.

Y podría decir mucho más sobre los retos de la medición del rendimiento, pero tal vez será mejor dejarlo para otro día.

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